ESPECIAL
abril 2025

Semana Santa y Pascua 2025 Especial del Mes

ACTUALIZADO!! 18 ABR 2025
Nuevo Post
– Viernes Santo  
Click Aquí

REFLEXIÓN DOMINGO DE RAMOS 2025

Nos amó hasta el extremo

Estamos a las puertas de la Semana Santa, celebramos el Domingo de Ramos, de la Pasión del Señor que marca el inicio de la misma.

Este día recordamos la entrada de Jesús en Jerusalén, recibido con alegría con palmas y alabanzas. Pero el Evangelio nos lleva directamente a la Última Cena, a Getsemaní, a la traición, a la cruz. Así que no solo ondeamos palmas el Domingo de Ramos, sino que nos adentramos en la Pasión.

Como hemos notado, la lectura del Evangelio es muy larga, y reflexionar sobre ella me ayuda a ver que no es solo una historia para admirar desde lejos, sino una historia en la que estamos inmersos.

Así que la invitación es a recorrerla juntos, no solo mirando lo que hizo Jesús, sino a reflexionar en cada escena del Evangelio y preguntarnos: ¿Dónde estoy en todo esto? ¿Qué quiere mostrarme el Señor?

En la primera parte del Evangelio vemos la escena de la Última Cena,  « los discípulos a la mesa», con Jesús.

Jesús dijo: «He deseado con ansias comer esta Pascua con ustedes antes de padecer». Al reflexionar sobre estas palabras de Jesús, me pregunté: ¿Quiénes están sentados con Jesús a la mesa? Vemos que están quienes lo traicionarían, quienes lo negarían, un grupo de hombres que pronto huirían aterrorizados, él ya lo sabe y aun así les expresa su gran deseo de compartir la cena de pascua con ellos.

Si tu estuvieras en el lugar de Jesús ¿Qué harías, o qué sentirías al estar rodeado de personas que te pagarían de ese modo? Él sabia que seria su ultima cena, el ultimo momento de compartir con ellos a quienes amaba mucho.

Jesús sabe que esta cena no se trata solo de comida, sino de amor, de alianzas, de ofrecerse totalmente, aunque judas lo vendería, por treinta monedas, Pedro lo negaría , los demás huirían. Este es el corazón de Jesús. Jesús no espera el momento perfecto ni a las personas perfectas. Se entrega plenamente sabiendo que todos le fallan. No niega su amor por nuestras fallas. Ofrece su Cuerpo y su Sangre a una mesa llena de personas desordenadas, quebrantadas y amadas. No duda en darlo todo, incluso a quienes querrían hacerle daño.

 

Es hermoso ver como en este momento nos muestra  el verdadero amor: abnegado, inmerecido y constante. Nos recuerda que la gracia no se trata de ganar. Se trata de recibir. Y nos llama a imitar ese mismo amor: a servir, a perdonar y a entregarnos, no solo a quienes lo merecen, sino a todos. Entrego mi sangre y mi cuerpo por ustedes que me fallarán y aun , hoy en día, me fallan, no me retracto y no me arrepiento.

Este evangelio esta lleno de signos, de mensajes, de palabras a profundizar, aplicar en nuestra vida, pero sobre todo podemos adentrarnos en el amor incomparable que se entrega sin limites no reservas, que ve mas allá de nuestras debilidades y nuestros imposibles, un amor que redime que, nos eleva por encima de todos nuestros no puedo.

Que podamos vivir profunda y cercanamente la pasión de nuestro Señor, reconociéndonos su razón, su por qué y que deseemos corresponder haciendo vida su Palabra, entregándonos también por los hermanos que necesitan conocerle, sentirse amados y rescatados  por él.

¿Cómo te pagare todo el bien que me has hecho Señor?   Amando a mis hermanos y llevándote hacia ellos.

María, madre de los Dolores, ayúdanos acompañar tu hijo nuestro Señor en su pasión y enséñanos a vivir las nuestras con el mismo amor con que él lo hizo.

Por: Eva María Reina, DMVD México

REFLEXIÓN VIERNES SANTO 2025

En la Cruz nace la Vida

“Después de tomar el vinagre, Jesús dijo: ‘Todo está cumplido’. E inclinando la cabeza, entregó el espíritu” (Jn 19,30).

 

Este día, la Iglesia entera guarda un profundo silencio, por lo cual, no se celebra la Eucaristía, no porque falte devoción, sino porque el clima festivo no se corresponde con la intensidad del misterio que recordamos: la muerte de Jesús, esposo de la Iglesia.

 

Por tanto, toda la acción litúrgica de este día, está centrada en la Cruz, que se ha convertido en el trono del Rey, así está inscrito en la misma, Jesús rey de los judíos, la cruz también es el altar del sacrificio. Por lo tanto, la fe nos ayuda comprender que la Cruz no es solo un instrumento de tortura: es la manifestación suprema del tanto amor de Dios a la humanidad, un amor llevado hasta el extremo, hasta la locura. En este día, las palabras ceden paso al silencio reverente y a la contemplación profunda.

 

El gesto de adoración de la Cruz se convierte en una respuesta de fe y amor ante un don inmerecido. Es un acto de reconocimiento: Cristo es nuestro Salvador, Rey de misericordia. Es también un gesto penitencial, pero no solo de dolor por el pecado, sino de unión, de deseo de vivir con intensidad nuestra identidad cristiana: el mandamiento del amor y ser testigos de un amor así, sin límites.

 

La Comunión eucarística que concluye la liturgia de hoy no es una celebración habitual, sino una participación en los frutos de la Pasión de Cristo. Es unirse a la nueva Alianza, sellada con la sangre del Cordero. Es acoger el Espíritu Santo que brota del costado traspasado de Jesús.

El Cardenal Angelo Comastri nos ofrece una reflexión que puede acompañarnos hoy:

“El hombre ha pensado que Dios ha muerto. Pero si muere Dios, ¿quién nos dará ahora la vida? Si muere Dios, que es la Vida, ¿qué queda para nosotros? La Cruz no es la muerte de Dios. Es el momento en el que se rompe la frágil corteza de la humanidad, y de ella nace una vida nueva.

De la Cruz nace la conversión de san Pablo.

De la Cruz brota la fe ardiente de san Agustín.

De la Cruz surge la pobreza de san Francisco de Asís.

De la Cruz florece la bondad de san Vicente de Paúl.

De la Cruz nace el heroísmo de san Maximiliano Kolbe.

De la Cruz emana la caridad de santa Teresa de Calcuta.

De la Cruz brota el coraje de san Juan Pablo II.

De la Cruz nace la verdadera revolución del amor.

Por eso, la Cruz no es la muerte de Dios. ¡Es el lugar donde nace su amor para el mundo!

¡Bendita sea la Cruz de Cristo!”

Por lo tanto ¡de la Cruz brota la esperanza!

Que este día nos ayude a mirar con más profundidad el misterio de la Cruz;  no con tristeza vacía, sino con esperanza, porque en la Cruz no termina la historia: en ella comienza nuestra salvación.

Por: Susana Vera, MVD

Si te gusta... ¡Compártelo!

Translate »