ACTUALIZADO!! 31 MARZO 2024
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– Primer Domingo de Pascua –
DOMINGO DE RESURRECCIÓN
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REFLEXIÓN PRIMER DOMINGO DE PASCUA 2024
Primer Domingo de Pascua - Domingo de Resurrección
“Si hemos muerto; nuestra vida está escondida con Cristo en Dios”, nos dice San Pablo en Col 3, 1-4. Pero también el domingo pasado nos invitaban a ser como el grano de trigo que se entierra y muere para dar mucho fruto, se nos invitó a reconocer que ya era el momento de dar el paso, de hacer opciones, de abrazar con pasión las diferentes situaciones que se nos presentan en nuestra vida cotidiana.
Si hemos vivido esta dinámica, con certeza el fruto surgirá o ya surgió porque los primeros frutos los experimentamos en nuestro interior hasta decir: ¡qué paz!, ¡qué libertad!, ¡qué alegría! ¡qué confianza! experimentamos al hacer la voluntad de Dios.
A partir de este domingo iniciamos un camino de encuentros, en lo personal me encanta porque podemos saborear los frutos de la resurrección con el Resucitado, es Jesús, quien sale a nuestro encuentro, nos confirma su presencia viva, de tal manera, que podemos decir: ¡Está vivo! ¡Es él!, ¡Es el Señor! Lo hemos visto, tocado, escuchado y por eso damos testimonio de él y por esto él renueva cada día nuestra vocación misionera de anunciar la Buena Noticia de que Jesús está vivo.
En la primera lectura vemos a Pedro predicando el kerigma, narrando la vida y obra de Jesús que paso por el mundo amando y haciendo el bien mostrando que ese mismo Jesús que conocieron, que mataron crucificándolo en un madero, ahora está vivo, ¡ha resucitado! ¡La muerte ha sido vencida! Y termina diciendo que nos ha confiado el encardo de predicar, de ser sus testigos. (Hch 10, 34.37-43)
Por esto, podemos decir como el salmista: “La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente” (Sal 118).
El evangelio de hoy (Jn 20, 1-19) nos presenta un pasaje muy dinámico, personajes que se ponen en movimiento manifestando desconcierto ante lo sucedido ¿qué está pasando? María Magdalena no podía creer que Jesús ya no estuviera en el sepulcro, y empieza todo un movimiento de búsqueda, ¿dónde está ahora? El signo más grande es el sepulcro vacío, los lienzos y el sudario en su lugar. Que grande poder decir esto, el sepulcro este vacío, la muerte ha sido vencida.
Termino con una acción de gracias por la confianza que nos ha tenido Jesús al hacernos sus testigos, yo me encuentro así, muy impactada al ver la fuerza, el efecto que produce la Palabra como instrumento de salvación, al escuchar y ver testimonio de personas que han compartido en este tiempo en los diferentes retiros de cuaresma, al punto de decir: el sepulcro está vacío.
Que María nos siga acompañando en este tiempo de gracia y de envío misionero siendo mensajeros de la Buena Noticia del Resucitado.