ACTUALIZADO!! 06 ABR 2025
Nuevo Post
– Quinta Semana de Cuaresma –
– Click Aquí –
REFLEXIÓN PRIMERA DE CUARESMA 2025
Cuaresma, un tiempo de conversión
Querida familia Verbum Dei: jóvenes, matrimonios, familias y fraternidad.
Iniciamos nuestra Cuaresma, un tiempo de conversión, un camino de 40 días donde, como Jesús, somos invitados a entrar en el desierto. Pero no estamos solos. Jesús nos enseña que las tentaciones se vencen no con fuerza de voluntad, sino con la fuerza del Espíritu Santo.
Tomaremos como cita central Lucas 4, 1-13, muchas veces creemos que podemos con todo solos. Pensamos que nuestra determinación basta para superar el pecado, las crisis, las caídas. Pero la verdad es que sin Dios, las tentaciones nos vencen.
En mi compartir quisiera hablarle a las realidades que tenemos en Verbum Dei
- Familias: El desierto de la rutina
Las familias viven su propio desierto en la rutina diaria: trabajo, escuela, pagos, cansancio… A veces, la tentación es caer en el automatismo, en la falta de diálogo, en hacer todo por inercia sin alimentar el amor.
Imagina un hogar donde cada quien está en su propio mundo, con la televisión encendida, el celular en la mano y conversaciones limitadas a lo necesario. La tentación es dejar que la rutina apague la cercanía. Pero ¿qué tal si hoy hicieran algo diferente? Apagar pantallas durante la cena, hacer una oración en familia, interesarse de verdad por cómo ha sido el día de cada uno. Pequeños gestos que fortalecen el amor.
- Jóvenes: El desierto de la identidad
El mundo dice que el valor de una persona está en su apariencia, en sus seguidores o en su éxito. Jesús también fue tentado con la fama y el poder, pero respondió con la Palabra de Dios. Cada joven vale porque es hijo de Dios, no por lo que otros digan.
Piensa en alguien que se siente inseguro porque sus amigos lo presionan para aparentar lo que no es. La tentación es dejarse llevar, actuar según lo que otros esperan, perderse en comparaciones. Pero ¿qué tal si en lugar de eso busca en la oración su verdadera identidad? Al escuchar la voz de Dios, descubre que su valor no está en lo externo, sino en ser amado por Él.
- Matrimonios: El desierto de la crisis
El diablo le dijo a Jesús: “Si eres Hijo de Dios, convierte estas piedras en pan”. ¿Cuántas veces en la vida matrimonial se cae en la tentación de querer que el otro “llene” lo que solo Dios puede llenar? Un matrimonio sin Dios se seca; con Dios, florece.
Imagina una pareja que, con el paso del tiempo, ha dejado de compartir momentos juntos. La comunicación se ha vuelto mínima y los días pasan sin mucha conexión. La tentación es pensar que ya no hay amor, que la rutina ha ganado. Pero ¿qué tal si se toman un momento para recordar por qué se eligieron? Un espacio para orar juntos, salir a caminar, escucharse sin interrupciones. A veces, lo que parece una crisis es solo la oportunidad de reencontrarse.
- Fraternidad Verbum Dei: El desierto de la misión
A veces, evangelizar parece difícil. El diablo le ofreció a Jesús todos los reinos si lo adoraba. La tentación es cambiar el mensaje de Jesús por un “evangelio light”. Pero Jesús nos recuerda: “Solo al Señor adorarás”.
Piensa en tu comunidad que se esfuerza por transmitir el Evangelio, pero siente que no está dando frutos. La tentación es desanimarse, bajar la intensidad, hablar solo de lo que la gente quiere escuchar. Pero ¿qué tal si vuelven a la oración, si se dejan llenar del Espíritu, si recuerdan que la misión no es suya, sino de Dios? La fuerza para transformar corazones no viene de técnicas humanas, sino de estar llenos del Espíritu.
Es por eso que la invitación de Jesús es: Llenarnos del Espíritu, si no lo hacemos no podremos vencerlas.
Jesús venció porque estaba lleno de Dios. Las tentaciones no son malas; lo malo es enfrentarlas vacíos de Espíritu.
Preguntas que pueden ayudarnos hoy a centrar nuestra oración:
¿Cuál es mi desierto hoy?
¿Dónde estoy intentando luchar solo, sin Dios?
¿Cómo puedo llenarme más del Espíritu Santo en mi vida diaria?
Que esta Cuaresma sea un tiempo para llenarnos de Dios y vencer con su fuerza. Como dice San Pablo: “Todo lo puedo en Aquel que me conforta” (Fil. 4,13).c
Por: Jorge Pérez López Matrimonio misionero León Guanajuato México
REFLEXIÓN SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA 2025
Testigos de la Gloria de Dios
Lucas 9, 28-36
Segunda Semana de Cuaresma
“Testigos de la Gloria de Dios”
Dice el evangelio… En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, y he aquí que conversaban con Él dos hombres, que eran Moisés y Elías; los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.
Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con Él….
Jesús se transfigura en presencia de Pedro, Juan y Santiago. Ya en la segunda semana de Cuaresma, dejamos atrás la turbulencia de Jesús en el desierto y la tentación del diablo a la gloria que se contempla en la Transfiguración de Jesús.
Pero ¿cómo entender la Transfiguración de Jesús?… muchos lo entendemos cómo un cambio de apariencia mientras él oraba, anticipando un poco los momentos que viviría posteriormente en Jerusalén, relacionados con su crucifixión, muerte y resurrección; por tanto para Pedro, Juan y Santiago quienes le acompañaban en este suceso un momento para contemplar anticipadamente la gloria de Dios.
Cuando tenemos momentos difíciles en nuestra vida es cuando necesitamos de una luz que ilumine el camino a seguir y nos haga ver mas allá de lo que normalmente vemos; cada uno de nosotros así como Pedro, Juan y Santiago estamos llamados a subir al monte y contemplar las maravillas de la Gloria de Dios que es la que puede cambiar el rumbo de aquello que consideramos difícil de sobrellevar.
Tal vez nosotros no seamos testigos directos o palpables en cuerpo como lo fueron Pedro, Juan y Santiago, pero Dios siempre se da a conocer a través de la Palabra y en la Palabra encontraremos respuestas a nuestras inquietudes y temores, sólo que para algunos es más difícil comprender y entender este misterio, solo hasta que el corazón te hace ver que necesitas conocerlo, seguirlo y es desde ese instante en que se siente que se ha revelado en nuestro ser, la Gloria de Dios.
Que esta Cuaresma sea el paso que necesitas para interiorizar ese cambio que siempre has querido tener en tu vida pero que por diferentes razones se termina aplazando, que poco a poco seamos apóstoles que le siguen y creen en su infinita misericordia y para aquellos que nunca han dudado de seguirle; les siga dando razones para compartir ese fruto de fe y gloria que otros aún no lo conocen.
Termina el evangelio…
Y vino una voz desde la nube, que decía: «Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle».
Se nos enseña que en la oración Dios nos escucha… preparemos nuestro corazón para ese fin. Sigamos viviendo la Cuaresma, próximos a la Pascua… Es el momento de escucharle.
Por: Andrés Camargo Salcedo. - Discípulo FaMVD Bogotá, Colombia
REFLEXIÓN TERCERA SEMANA DE CUARESMA 2025
El Dios de las oportunidades sale a nuestro encuentro
En esta tercera semana de cuaresma Jesus nos sale al encuentro como el !Dios de las oportunidades!
El evangelio nos sitúa frente a dos realidades y dice así:
“En ese momento algunos le contaron a Jesús una matanza de galileos. Pilato los había hecho matar en el Templo, mezclando su sangre con la sangre de sus sacrificios.
Jesús les replicó: «¿Creen ustedes que esos galileos eran más pecadores que los demás porque corrieron semejante suerte? Yo les digo que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos, perecerán del mismo modo. Y aquellas dieciocho personas que quedaron aplastadas cuando la torre de Siloé se derrumbó, ¿creen ustedes que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Yo les aseguro que no. Y si ustedes no renuncian a sus caminos, todos perecerán de igual modo.»
Jesús continuó con esta comparación: «Un hombre tenía una higuera que crecía en medio de su viña. Fue a buscar higos, pero no los halló. Dijo entonces al viñador: “Mira, hace tres años que vengo a buscar higos a esta higuera, pero nunca encuentro nada. Córtala. ¿Para qué está consumiendo la tierra inútilmente?” El viñador contestó: “Señor, déjala un año más y mientras tanto cavaré alrededor y le echaré abono. Puede ser que así dé fruto en adelante y, si no, la cortas.” Lucas 13, 1-9
La primera parte nos invita a la conversión, ya que en el diálogo que tiene Jesús con ellos les hace ver que no son mejores que los que la están pasando mal, porque es verdad que unas veces nos toca a nosotros y otras veces a otros. Lo cierto es que sabiendo que no somos mejores ni peores que los otros, a cada uno nos corresponde llevar una vida coherente con la fe que predicamos, con las enseñanzas que recibimos de Jesús en el seguimiento que vamos haciendo y con la huella que queremos dejar en este paso por la vida. He tenido la oportunidad de escuchar a jóvenes que no quieren casarse y menos tener hijos porque no quieren traerlos al mundo para sufrir. Esto tiene mucho que ver con la huella que cada uno vamos dejando, quizá nos falta encontrar huellas que nos guíen por caminos de Paz, de Justicia, huellas que nos inspiren, que nos contagien Esperanza. Y quizá hay una llamada para nosotros de ser como nos ha invitado el Papa Francisco a ser “peregrinos de esperanza”, es decir, que en nuestro paso por la vida de las personas, sembremos esas Semillas de esperanza, porque la esperanza es contagiosa, si tú la vives harás que otros la vivan.
La otra parte del evangelio nos deja conocer al Dios de las oportunidades, en el relato, el dueño de la higuera quiere cortarla porque no está produciendo frutos. Pero el viñador, que es quien ha trabajado la tierra done está la higuera, la ha regado, la ha podado, él espera que en cualquier momento de fruto. Quizá queremos ver inmediatmente frutos de nuestra entrega, de nuestra coherencia, en nuestro propio proceso, queremos estar en toro momento, pero Dios es ese viñador que constantemente está trabajando nuestra tierra, porque cuando se trabaja en el corazón no se consiguen resultados express, trabajar en el corazón lleva su tiempo, por eso Dios no tiene prisa, como él miso lo dice en Isaías 62,1: “Por amor a Sión no me callaré, por Jerusalén no quedaré tranquilo hasta que su justicia se haga claridad y su salvación brille como antorcha”
Este es el Dios que sale a nuestro encuentro en este tiempo de cuaresma, que nos oferce nuevas oportunidades para seguir creciendo en la esperanza. “Déjala un año más, mientras tanto seguiré cavando y le echaré abono” lo que haga falta hasta que la esperanza brille en tu vida y seas Luz para otros.
El Dios que mira con esperanza nuestro mundo, nos dice: sigue sembrando la esperanza en tu corazón para que se convierta en una semilla que al caer en el corazón de otras personas de frutos de esperanza
“Pues así como brotan de la tierra las semillas o como aparecen las plantitas en el jardín, así el Señor Yavé hará brotar la justicia y la alabanza a la vista de todas las naciones.” Is61,11
Por: Mónica Narváez, MISIONERA; FMVD
REFLEXIÓN CUARTA SEMANA DE CUARESMA 2025
Amar perdonando como tú, Papá bueno
En este cuarto domingo del tiempo cuaresmal, seguimos nuestra reflexión con el lema “Caminemos juntos en la esperanza”.
Les invito a centrarnos en el Evangelio de Lucas (15, 1-3.11-32). En los primeros versículos del capítulo 15 de Lucas, que sirven de introducción a las tres parábolas de la misericordia, los escribas y fariseos critican a Jesús con la frase: “Ese acoge a los pecadores y come con ellos”. Me parecía una frase que contiene el incomprensible comportamiento de Jesús ante los parámetros sociales de su época. No es entendible su conducta, lo “normal” es alejarse de ese tipo de personas, ¿por qué?, para la mentalidad judía de la época, los publicanos (que viene de público, es decir, eran muy conocidos) eran considerados gente impura porque su trabajo era directo con la nación dominante, Roma (paganos idólatras), ellos eran una especie de arrendadores o cobradores de los derechos públicos (impuestos), como Mateo, que fue amigo de Jesús. Por los “pecadores” se consideraba a aquellas personas de las que la gente sabia sus errores, habían sido evidenciados o ya estaban tachados por algo específico o también quienes padecían alguna enfermedad, pues según la doctrina de la retribución, sufrían su enfermedad como expiación de sus faltas como los leprosos, a los que la vida social les estaba prohibida.
A todo esto… Jesús “acoge” y “come” con los tachados por los parámetros socio-religiosos, es decir, se involucra con ellos. Cuanto miedo detrás de frecuentar con este tipo de “gente”, creo que Jesús parte de la realidad más básica y a la vez trascendente, somos seres humanos, capaces de amar, de equivocarnos y de corregir. Encuentro que Jesús al frecuentarles y hacerles sus amigos, descubre la enorme oportunidad de amar y abrir la oportunidad de que ellos puedan responder con la misma moneda, el amor.
¿Qué significa acoger?, tenemos que la primera charla de nuestro temario es, justamente, “acogida”. Parece una charla sencilla, pero puede marcar el ritmo, la fuerza y la confianza en los participantes en una convivencia Verbum Dei. Acogemos todos desde un corazón sincero, amando en cada gesto, por insignificante y secreto que sea. Ponemos todo nuestro ser para acoger, dar la bienvenida, estar abiertos para que se encuentren con Dios. ¿Qué sería de esta actitud, como Jesús, llevada a la vida cotidiana? ¡Enséñanos a acoger como tú, Señor! Sin ver prejuicios sociales – religiosos, más allá de las apariencias… ver personas necesitadas de amor, de escucha, de comprensión y de inclusión.
Ya cada uno podemos profundizar lo referente a el “comer” de Jesús… ¡llegar al punto de sentarse a la mesa para compartir los alimentos, es otro nivel! Realmente podemos exclamar con el salmista: “Gustad y ved qué bueno es el Señor” (Sal 33,2-3.4-5.6-7)
Este es el contexto que provoca la parábola del padre perdonador, versos 11 al 32. En esta situación donde Jesús habla de la alegría de Dios al encontrar al que estaba perdido. Provoca la experiencia de un amor que espera con los brazos abiertos, incluso antes del arrepentimiento, solo por el amor. Un Dios que corre, como ese padre que “acoge”, algún exegeta, dice que “correr” en ese contexto es un acto impropio de un judío anciano, pero Dios rompe esquemas, muestra amor sin limitaciones o miramientos, ampliamente, sin reparos, regaños, sentencias… pura generosidad, cuidados, delicadeza, amor, “la misericordia de Dios es tan imprudente como la del pastor que abandona a 99 ovejas para rescatar solamente a una; es como la de una mujer de que vuelve su casa patas arriba para recuperar una insignificante cantidad de dinero; como la de un padre judío que acoge con gran alegría a su perdido hijo que se había convertido en un pagano” (Teólogo, E. Brown). Uff, como cambia el escenario. Amar perdonando como tú, Papá bueno.
Desde esta perspectiva, ¿quién puede estar fuera del anhelo de Dios? ¿Hay personas que están en el limite de la misericordia de Dios? No lo creo. Desde aquí, los dejo con la invitación de Dios a través de Pablo: “Todo procede de Dios, que nos reconcilió consigo por medio de Cristo y nos encargó el ministerio de la reconciliación… En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios” (2 Cor 5,17-21).
Por: Male Bonaga, DMVD México
REFLEXIÓN QUINTA SEMANA DE CUARESMA 2025
Predicando amor, SIEMPRE
Jesús, por su parte, se fue al monte de los Olivos. Al amanecer estaba ya nuevamente en el Templo; toda la gente acudía a él, y él se sentaba para enseñarles. Los maestros de la Ley y los fariseos le trajeron una mujer que había sido sorprendida en adulterio. La colocaron en medio y le dijeron: «Maestro, esta mujer es una adúltera y ha sido sorprendida en el acto. En un caso como éste la Ley de Moisés ordena matar a pedradas a la mujer. Tú, ¿qué dices?» Le hacían esta pregunta para ponerlo en dificultades y tener algo de qué acusarlo. Pero Jesús se inclinó y se puso a escribir en el suelo con el dedo. Como ellos insistían en preguntarle, se enderezó y les dijo: «Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le arroje la primera piedra.» Se inclinó de nuevo y siguió escribiendo en el suelo. Al oír estas palabras, se fueron retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos, hasta que se quedó Jesús solo con la mujer, que seguía de pie ante él. Entonces se enderezó y le dijo: «Mujer, ¿dónde están? ¿Ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, señor.» Y Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar.» Jn 81,11
Hoy en día con el avance impetuoso de la tecnología, nos vemos inmersos en mundo interconectado de extremo a extremo, casi sin barrera alguna, lo cual, si bien ha sido un avance fundamental y de mucha ayuda para nuestro mundo, es cierto que también ha traído ciertos males, los cuales se pueden reflejar más fácil a nivel físico, pero también a nivel mental y espiritual, aunque es más difícil distinguirlos.
Tanta tecnología a nuestro alcance nos ha hecho presa de gran daño, el cual va causando graves efectos en el espíritu de las personas por completo, incluso hasta deshumanizarlas en su totalidad, solo hace falta ver a nuestro alrededor y ver como cada día se va perdiendo la paciencia producto de querer las cosas con la máxima velocidad posible como la que nos ofrece la tecnología, también nos ha hecho codependientes y encadenados a ciertos aparatos electrónicos, los cuales creemos que una vez lleguen a faltar no podremos vivir sin ellos, casi como si nos cortaran una extremidad de un día para otro, incluso las frustraciones o el estrés se nota con mayor frecuencia gracias a que muchas veces la tecnología no responde como debería, haciendo que nos irritemos con mayor facilidad.
Pero hay algo más que en este evangelio nos refleja con claridad y si bien no podemos culpar del todo a la tecnología, es verdad que mucho de ese deterioro ha sido por el avance y el rumbo que ha tomado el mundo.
En el evangelio de hoy vemos como algunos escribas y fariseos atosigan a Jesús para saber cuál será su respuesta ante el acto del adulterio, para saber qué es lo que el maestro (el cual predica amor hasta el cansancio) haría con aquella mujer.
Esta santa escritura nos da una enseñanza de vida, la cual es tan increíble como profunda, pues el señor aun sabiendo que la mujer ha cometido pecado, no castiga, por lo contrario, ama, es entonces que el señor nos dice: “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra.” Juan 8: 7-8.
Acto posterior vemos como esa sentencia retumba en la conciencia de los acusadores, los cuales más temprano que tarde empiezan a replegarse al no tener una segunda respuesta al acto del maestro.
Pero, ¿Qué tiene que ver el evangelio, con la realidad que hoy nos invade y que evidentemente nos seguirá contaminando tanto para bien como para mal? Pues bien, retomando la idea de la tecnología y sus consecuencias, precisa mucho hacer la siguiente pregunta, ¿No es acaso otro de los evidentes males que la tecnología y la globalización ha hecho crecer, el que nos hayamos vuelto más fríos y más juzgadores?, cual si fuéramos jueces de grabes actos dictando sentencia, pero no de nuestros propios actos, sino de los demás, o ¿cómo debe de percibirse? el hecho de que todos los días salen en las noticias, en redes sociales y en internet, videos, imágenes o incluso memes, en donde personas sin su consentimiento son grabadas o capturadas sin previo aviso con el único fin de que otros los juzguen por su apariencia, se burlen de ellos o los sentencien por sus actos.
Hoy día sin darnos cuenta, nos hemos vuelto jueces de otros, criticando y dando sentencia casi de muerte a actos que en suma medida probablemente también hemos realizado nosotros.
¿Que acaso Dios no es aquel el único capaz de dar esa sentencia? En suma importancia, no debería de confundirse la lectura y entender que, como nuestro Señor perdona, entonces sin remordimiento voy a cometer pecado alguno al fin de cuentas abra un perdón, muy por el contrario nos invita a hacer una revisión profunda de nuestros actos y no fijarse en los demás, pues es tan fácil ver las flaquezas de otros y no las nuestras, pero que esa facilidad no nos convierta en críticos de aquellos cuya vida no es nuestra, sin duda la invitación de hoy es hacer un acto de humildad y ver aquellas debilidades cometidas primero por mi persona y procurar no volver a hacerlas.
Como tarea, invitaría a reflexionar: ¿Que buscaban los fariseos con aquel acto? ¿Qué enseñanza habría quedado en aquellos hombres después de tal respuesta? ¿Es válido ser juez de otros sin mirar a nosotros mismos? Si Dios perdona, ¿Por qué seguimos dictando sentencia de otros antes que a nosotros mismo? ¿No acaso la tecnología nos ha vuelto más inhumanos en los últimos tiempos?