ACTUALIZADO!! 22 DIC 2024
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REFLEXIÓN PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO 2024
DICHOSOS LOS QUE ESPERAN EN EL SEÑOR
En la primera semana de adviento vamos a contemplar en las primeras lecturas, como el profeta Isaías anuncia la salvación, y nos abre un nuevo horizonte, nos introduce en una actitud de esperanza, afirmando la proximidad de un mejor futuro, de una nueva alianza que se hará realidad en la persona de Jesús, por esto, podemos afirmar: “Dichosos los que esperan en el Señor”
Ante tantas falsas esperanzas, en el pueblo de Israel el profeta levanta su voz y anuncia que se acerca un nuevo tiempo, que están en el umbral de la esperanza, en el que las promesas de Dios se harán realidad. Se acerca el príncipe de la paz que saciará el hambre, que sanará toda dolencia, y hará que los ciegos vean, que los mudos hablen, que los paralíticos caminen: “Se acerca el día de la liberación”.
En los Evangelios se contemplan las promesas hechas realidad, la palabra prometida ha manifestado su poder en la persona de Jesús. Jesús es la Esperanza hecha Hombre, Esperanza que podemos ver, escuchar, palpar, seguir, imitar y anunciar.
Iniciamos este adviento con la invitación a ser profetas que abran camino a la Esperanza, es decir, que invitemos a muchas personas a abrir su corazón a la Palabra, a dejar que Jesús nos sane, nos libere, nos conceda su paz. Adviento, tiempo favorable para la oración, para crecer en la escuela de la esperanza: “Un lugar primero y esencial para el aprendizaje de la esperanza es la oración” (Salvados por la esperanza No. 32) Que en este tiempo dispongamos nuestro corazón para crecer en amistad con Dios y con los hermanos y de esta manera, podamos decir: ¡feliz navidad! Vivir un tiempo nuevo, tener la experiencia de un nuevo nacimiento, que seamos portadores de una esperanza que no se apaga, ni siquiera en los momentos más difíciles que hemos vivido. Será más bien un tiempo de reconocer todo aquello que reavivó en nosotros la esperanza que en muchos momentos creíamos ya no tener.
Que María, Madre de la Esperanza, nos acompañe en este camino que hoy emprendemos y que como iglesia y sociedad podamos renovar nuestros corazones y dar esperanzas.
I DOMINGO DE ADVIENTO “ABRAMOS NUESTRO CORAZÓN A LA ESPERANZA”
1era lectura: Jr 33, 14-16; Salmo: 24, 4-5. 8-10 .14; 2da lectura: 1 Tes 3,12-4,2; Evangelio: Lc 21, 25-28.34-36
La primera lectura de este domingo nos sitúa en el horizonte de la salvación como esperanza: “Vienen días, en que yo cumpliré las promesas que hice a los habitantes de Israel y de Judá” se nos anuncia la salvación y se nos promete la paz: “En aquellos días se salvará Judá y Jerusalén vivirá en paz. Y la llamarán el Señor es nuestra salvación”.
Que grande poder anclar nuestro corazón en una esperanza cierta, ya no son promesas, demos gracias porque nos ha tocado vivir en el tiempo del Espíritu, el Amor que ha sido derramado en nuestros corazones y que nos da la certeza de la esperanza. Por esto podamos decir con el salmista: “Guíame en tu verdad, enséñame, pues tú eres el Dios que me salva. En ti espero todo el día” (Sal 24,5)
El evangelio nos invita a reconocer las diferentes señales que se van a ir manifestando en la naturaleza (sol, luna, estrellas, tierra, mar, olas) y ante esto, nos invita a no tener miedo, a cobrar ánimo levantar la cabeza, porque se acerca el día de la liberación. En este día, les invito a hacer un alto y reconocer los signos que hemos vivido en este año, signos de desesperanza y de esperanza.
¿Quién no ha experimentado, en este tiempo, la desesperación, la incertidumbre, el desánimo, el cansancio, la tristeza, el aislamiento, la impotencia, etc.? Quizá hemos visto muchos signos de desesperanza, pero también hemos visto muchos signos de esperanza que también podemos hacer una lista y agradecer: signos de solidaridad, creatividad, fortaleza, de suma, etc. La fe ha sido un signo fuerte del que ha brotado la esperanza que va más allá de nuestro límite, que nos sitúa en un sentido de comunión más profunda que rompe cualquier obstáculo que se nos pueda presentar: “La puerta oscura del tiempo, del futuro, ha sido abierta de par en par. Quien tiene esperanza vive de otra manera; se le ha dado una vida nueva” (Salvados por la esperanza N.2).
Termino con la invitación de la 2da lectura: “Que el Señor los fortalezca interiormente, los haga rebosar en amor mutuo y amor a todos”
Por: Marisol Fernández, MVD San Francisco, USA
REFLEXIÓN SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO 2024
PREPARAR NUESTRA CONVERSIÓN
(Lucas 3, 1-6)
… Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del profeta Isaías: «Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios».
En la Biblia se narra la predicación de Juan el Bautista en el desierto, quien invitaba a la gente a arrepentirse y ser bautizados para recibir el perdón de sus pecados. Se dice que, en el reino de Tiberio, Dios le habló a Juan, hijo de Zacarías. En el desierto, Juan predicó por todo el río Jordán invitando a la gente a arrepentirse y ser bautizados. Juan citó a Isaías quien dijo, “Voz del que clama en el desierto, preparad el camino el Señor, ábranle el camino, los valles serán rellenados y las montañas y las colinas allanadas”.
Juan invitaba a la gente a arrepentirse y a ser bautizados para demostrar que se habían vuelto a Dios y que Dios les perdonara sus pecados.
¿Qué explica esta cita? … recordemos que Juan el Bautista era el primo de Jesús y el padre de Juan el Bautista era Zacarías y su mamá era Isabel; y ellos estando en la etapa de la ancianidad, no podían tener un hijo; pero Dios les concede ese hijo en la vejez; a Juan el Bautista. También el ángel Gabriel quién fue el que se le presentó a Zacarías, le manifiesta que ese hijo va a ser grande y que va a ser una persona importante porque va a abrir el camino para que Jesús venga.
Estamos en el mes de diciembre, en el mes de la preparación, en la noche del 7 de diciembre y el despertar del día 8, se celebra la Inmaculada Concepción que normalmente conocemos como la noche de la luz y como tradición en familia se prenden las velitas, pero más que prender las velitas, lo que representa es la luz, recordando a la Santísima Virgen que dio el sí.
Juan el Bautista tiene una misión; hablar de quién es Jesús y que Él es el camino a la salvación. Juan se encontraba en el desierto, que viene a ser lo mismo cuando nosotros estamos “en desierto” es decir esos momentos en que no podemos orar, en los que estamos en sequedad o que no podemos meditar, entonces lo que hacemos es recurrir a Dios y al recurrir a Dios pues primeramente le pedimos que sea Él, quien calme nuestra sed, esa sed de amor, de justicia y eso mismo hacia Juan el Bautista, que le predicaba y le decía a la gente que dejaran de cometer malos actos; actos de impureza, actos de avaricia, actos de robo, actos de prostitución, actos de infidelidad y acercaran su corazón a Dios; es decir que limpiaran su corazón.
Dios mandó a su hijo, para que nosotros limpiásemos la casa, que es nuestro corazón. Cuando se dice “Voz del que clama en el desierto: preparad el camino del Señor”, se refiere a eso, a la verdad y la vida, preparar el camino es preparar el corazón, dejar lo que nosotros estemos haciendo mal y tratar de volver al camino correcto que es la verdad, hacer las cosas desde Dios, actuar con rectitud, con pureza de corazón.
Juan además, invitaba a la gente a que se bautizara; y aunque nosotros recibimos el bautismo en la inocencia de la niñez y no lo recordamos, realmente estamos escritos en el libro de la vida como hijos de Dios, es decir que estamos llamados a ser profetas, reyes y a predicar el Evangelio, o sea, a multiplicar la Palabra de Dios desde nuestras acciones, desde los dones y talentos que Dios nos haya regalado a fin de que podamos ser testimonios de que Dios existe, de que Él habita en nuestro corazón.
Estamos en la Semana de Adviento, en donde hoy encendemos la luz de la conversión. Cuando decimos que Juan el Bautista predicaba en el desierto, recordemos que allí no hay agua, la tierra es seca, solo hay arena, no hay vegetación, no hay vida. Preparar la tierra es como cuando nosotros la aramos, la movemos, la limpiamos, la podamos, la volteamos para que se generen surcos, para que la tierra respire, se abone, se le de agua, para que la tierra cambie y se vuelva fértil. Una vez que ya está preparada podemos sembrar la semilla. De ahí en adelante la tierra combinada con sol, agua, aire, lluvia, va a dar una planta sana y fuerte desde la raíz.
Eso es lo que nos está pidiendo Juan el Bautista. El corazón puede estar en este momento como un desierto seco, sin vida y Dios está pidiendo que nosotros volvamos a arar esa tierra, volvamos a escuchar la Palabra de Dios para que la podamos convertir de fruto seco en fruto productivo.
¿Cuál es ese camino? Las personas más cercanas a nuestro entorno; nuestra familia, con los que generalmente tenemos inconvenientes o desaciertos o no hay empatía o peleamos por una cosa o por otra. Entonces es volver primero a ellos y desde allí, volver a empezar nuevamente porque Dios hace nuevas todas las cosas.
Por: DEYANIRA CARRILLO HERRERA Discípula Verbum Dei, Bogotá, Colombia
REFLEXIÓN TERCER DOMINGO DE ADVIENTO 2024
¡La Alegría Está Aquí y Ahora!
Citas para orar
Sofonías 3, 14-18ª
Isaías 12
Filipenses 4, 4-7
Lucas 3, 10-18
¡Hoy es el Domingo de la Alegría! Se llama así porque estamos a punto de celebrar la llegada de Jesús, y la Iglesia nos pide que detengamos nuestras preocupaciones, soltemos los problemas y permitamos que la alegría de Dios nos llene el corazón.
Pero… seamos honestos: a veces, esta alegría parece difícil de alcanzar. Tal vez estás cansado, agobiado o simplemente perdido en las prisas de la vida. ¿Cómo podemos encontrar la verdadera alegría que nos invita a vivir este día? Bueno, ¡hoy vamos a hablar de eso! Porque la alegría es algo que ya está en nosotros porque Dios está cerca! Y no solo en preparar los regalos que daremos a los demás en navidad.
En mi oración el espíritu me invitaba a hablar a 3 realidades que tenemos en nuestra comunidad Verbum Dei por las cuales creo que la alegría es parte esencial
- Jóvenes Verbum Dei: La Alegría de Ser Auténticos
A veces la vida puede sentirse como una carrera constante por ser “lo suficiente”: suficientemente inteligentes, populares o exitosos. Vivimos en un mundo que nos grita: “Sé más, haz más, ten más.” Pero… ¿qué pasa cuando haces todo eso y aún sientes que algo falta?
Hoy Juan el Bautista nos da una respuesta sencilla y poderosa: comparte con quien lo necesita, haz lo correcto y vive con honestidad.
¿Qué significa esto para ti? Tal vez significa dejar de pretender ser alguien que no eres, porque la verdadera alegría llega cuando aceptas quién eres en Dios.
Recuerdo cuando era estaba en la universidad, sentía que tenía que encajar pues yo venía de una ciudad llamada Oaxaca y la universidad la estudie en otra ciudad león Guanajuato, me costaba mucho trabajo encajar en un ambiente que no era culturalmente el mío pero también difícil porque yo era el nuevo, pero en algún momento me di cuenta de que mi valor no estaba en lo que hacía o en cómo me veían, sino en servir al otro, sabiendo que soy hijo de Dios y agradándole solo a Él y créanme, eso lo cambia todo.
Hoy Joven Verbum Dei, te invito a preguntarte: ¿Estoy viviendo mi vida para impresionar a otros o para reflejar el amor de Dios?
- Matrimonios de la Familia Verbum Dei: La Alegría de Construir Juntos
La vida matrimonial es una aventura hermosa, pero no siempre fácil, ¿verdad? Al principio todo es nuevo y emocionante, pero luego llega la rutina, las diferencias, las tensiones… y nos preguntamos: ¿Dónde quedó esa alegría del principio?
San Pablo nos da una clave hoy: “No se inquieten por nada. Más bien, presenten sus peticiones a Dios con gratitud.” Esto significa que la alegría matrimonial no se trata de no tener problemas, sino de aprender a enfrentar todo juntos, con Dios en el centro.
Recuerdo cuando recién éramos casados Nydi y yo, empezamos a tener problemas financieros por mi desorganización y nos sentíamos frustrados, llegando a enojarnos ser impacientes uno del otro, pero Nydi me propuso orar juntos la situación que teníamos, aunque no teníamos ganas, y en esa oración algo cambió. No desaparecieron los problemas, pero Dios nos devolvió la paz y la fuerza para seguir adelante.
Hoy, el Señor les pide que vuelvan a la base: oren juntos, perdónense rápido y construyan su hogar sobre la roca de la fe.
- Misioneras, Misioneros y Matrimonios Misioneros Verbum Dei: La Alegría de Servir con Amor
Sabemos que la misión no siempre es fácil. Hay días en los que te sientes cansado, en los que parece que no hay frutos o en los que simplemente dudas: ¿Estoy realmente haciendo la diferencia en este mundo donde la cultura de la muerte pareciera que gana terreno?
Hoy Sofonías nos da una noticia increíble: “El Señor, tu Dios, está en medio de ti. Él se goza y se complace en ti.” Qué hermoso es saber que no estamos solos, que Dios está con nosotros y se alegra de nuestra misión, incluso cuando nosotros no vemos los frutos.
Hoy el espíritu te invita a renovar tu sí con alegría. Confía en que Él está haciendo grandes cosas a través de ti, aunque no lo veas.
Porque la Alegría Está en Cristo
Asi que Jóvenes, matrimonios y misioneros Verbum Dei, la alegría de este día no es algo que viene de fuera. No depende de nuestras circunstancias, de tenerlo todo bajo control o de que todo salga perfecto. La verdadera alegría nace del encuentro con Cristo, quien ya está cerca.
Les dejo una pregunta para esta semana: ¿Dónde necesito permitir que la alegría de Dios entre en mi vida? Tal vez sea en tus miedos, en tu matrimonio o en tu misión. Lo importante es abrirle la puerta, porque Él ya está por llegar
Jesús, gracias porque tú siempre estás con nosotros, incluso en los momentos difíciles. Enséñanos a vivir con alegría, a reflejar tu amor en todo lo que hacemos y a preparar el camino para que otros te encuentren
¡Que este Adviento sea un tiempo lleno de esperanza, amor y alegría! ¿Quién dice “sí” a vivir con alegría esta semana?
Por: Jorge Alberto Pérez López, Matrimonio Misionero Verbum Dei, León Guanajuato México
REFLEXIÓN CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO 2024
Ven Señor Jesús y reaviva nuestra esperanza
Ya estamos en el cuarto domingo de Adviento, próximos a la Navidad. Hemos hecho un camino bajo el lema “Ven Señor Jesús y reaviva nuestra esperanza”. Iniciamos el tiempo con una invitación a la esperanza para un futuro mejor; fuimos preparando nuestro corazón en el calor de la conversión a fin de recibir el gran regalo de Dios en nuestras vidas; la semana pasada ya experimentábamos la alegría “aquí y ahora” como María de la promesa de la presencia del Señor en nuestras vidas.
En este último domingo, del libro de Miqueas (5,1-4), expresa en el primer versículo: “Esto dice el Señor: «Y tú, Belén Efratá, pequeña entre los clanes de Judá, de ti voy a sacar al que ha de gobernar Israel; sus orígenes son de antaño, de tiempos inmemorables.” Belén, un pueblecito de lo más pequeño entre los clanes del territorio de Israel es donde nació David, el rey más significativo en la historia de Israel, de ahí que sus orígenes sean de antaño y de tiempos inmemoriales, pero en un principio esa pequeña región pasaba desapercibida. El profeta hace remembranza de que alguien sumamente importante, como David, ha nacido de un pueblecillo insignificante. Asimismo, para nosotros, el nacimiento de Jesús nuestro Señor, ha sido en un lugar pequeño, sencillo, humilde, donde ha pasado desapercibido.
El profeta, también habla de la mujer que debe dar a luz, a ese gobernante tan anhelado en el Antiguo Testamento, ese mesías que hará justicia, dará consuelo, reunirá a los esparcidos, se mantendrá firme con la fuerza de Dios y él mismo será la paz. En nuestra tradición, aplicamos a Maria este fragmento y por supuesto lo entendemos realizado en la persona de Jesús como ese mesías esperado.
Esa misma acción de “algo de lo pequeño que se hará grande para bien de muchos”, viene al caso con la acción de “dar a luz”, traer una vida al mundo, después de un proceso de transformación en lo secreto del vientre, viene de lo oculto y pequeño del vientre, a la luz del exterior. Vida que ya es vida en el vientre, solo que no se veía. Resuena aquí el evangelio del día (Lc 1,39-45), donde la presencia de Maria embarazada de Jesús hiciera saltar al bebé de Isabel desde el momento de la visita, como menciona el texto. La visita de Maria a Isabel, también se puede reconocer esa acción ordinaria cargada de amor y comprensión por parte de Maria hacia Isabel con frutos de alegría y agradecimiento.
¿Qué podemos aprender de esta lógica divina? Lo importante puede nacer en lo pequeño, en acciones simples, gestos que pasan desapercibidos, pero que si contienen amor y vida puedes generar algo muy importante, capaz de dar luz, vida, bondad, verdad y transformar la realidad… pueden ser el cambio que tanto anhelamos. Podemos pensar en nuestra oración y preguntarnos: ¿Qué acciones pequeñas han hecho por mí y que acciones pequeñas cargadas de amor puedo realizar en este tiempo de adviento – navidad por los demás?
Sigamos haciendo nuestra la petición del Sal 79: “Oh Dios, restáuranos, que brille tu rostro y nos salve”. La RAE enuncia que restaurar es: “Recuperar o recobrar. Reparar, renovar o volver a poner algo en el estado o estimación que antes tenía. Con la presencia de Jesús en nuestras vidas, Dios es capaz de renovar, es decir, hacernos nuevamente, con todo para estrenar, nuevo corazón, nuevos pensamientos, nuevos sentimientos, nuevas decisiones, nueva fuerza nuevo impulso para seguir, emprender o iniciar nuestra vida desde él desde acciones pequeñas e insignificantes a simple vista.
Cerramos Adviento, y abrámonos a la Navidad.
“El Señor cerca está, él trae la verdad…, él viene con la paz” ♪ ♫ ♪ ♫♪ ♫